otra maría
Sublevándose
a lo que el dios machista escribe en su diario íntimo,
donde apunta que la primer mujer se hizo con un pedazo de hombre,
y a muchas otras injusticias aceptadas,
María,
María de barrio Pompeya al fondo,
con el tatuaje de la hembra que despierta,
en su sangre y en sus manos,
se descamisa mostrando la belleza de su redondez,
de su bello libre por el cuerpo
de su guerra y toda su naturaleza humana al mundo,
al mundo que dice que la mujer no puede andar en cuero
que tiene que andar lisa de bigote y axila
a los machos que la oprimen,
sublevándose
frente a la institución más asesina de la historia
grita María
cuando la lluvia empieza a mojar su cuerpo
cuando la pacha mama bendice su lucha
grita María rompiendo una cruz:
Vos comiste de este vientre
naciste de este tajo
y mamaste de esta teta curtida
yo no te debo ninguna costilla
y vos me debes la vida
Impecable María, llena eres de gracia, el amor es contigo.
Bendita tu eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu lucha de luz.
Grosa María, un mate por vos,
juega con nosotros admiradores,
ahora es tu hora y te abrazo fuerte,
¡Qué bien!
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