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Mostrando entradas de septiembre, 2011

del vagón

Estoy en el tren Sarmiento imaginando. Imagino que nos ponemos todos a bailar al ritmo de la cumbia que emana de un grabadorcito de un señor que vende cd. Y así todos volvemos contentos. Los que están parados cerca de la puerta y los que las traban son los que mejor bailan. Todos con todos, cambiando de pareja de aquí  ´pa llá Sabor, Azuca Candela agachaíta Menéalo mami Todo eso en el vagón. Hasta la estación de Haedo donde una monja me despierta cuando apaga un cigarrillo y sube con otra. Esta última tiene el pañuelo de la cabeza agujereado. Son como unas monjas hippies, porque después una compra una linterna. Estoy seguro que esas monjas se masturban pensando en Dios Y yo me bajo pensando en eso y sigo caminando Y miro la luna y me sonríe. En realidad es toda una sonrisa que me dice que todo está bien Y en ese tiempo Mientras esquivo a una bicicleta la vida es más linda.

salir/entrar

Amaru nació un lunes cuando en este costado del mundo la mayoría dormía. Cuando a un costado de la madre estaba este que escribe, muy nervioso. Porque nos decían que no se podía, que había que tajear. Porque hacía dos años habían tajeado por el otro crio y era muy pronto. Porque ahora se llega al mundo cuando quieren los médicos, cuando pueden los médicos. Porque ahora somos pacientes, que significa resignados, pasivos… Pero no pudieron. Porque nosotros seguimos cantando para que Amaru entre por la entrada principal Y que no le boqueteen el rancho Porque seguimos cantando toda la noche con ese útero inquieto, bailable, impaciente Con Amaru que quería salir solito con su madre que quería sacarlo que quería conocerlo. Con los médicos como hienas pero con tijeras y bisturíes y los gambeteamos como el Diego en su mejor gambeta, la más recordada. Como se evita el tránsito en bicicleta. Y entre bici y gambeta llegamos al pastito corto donde sol

el fin de la dictadura humana

Que los caballos nos monten, y nos almuercen los chanchos, si nos agarran. Empezando por la costillita que donó Adán. Que los terneros le chupen las tetas a las señoras. Y que las señoras de Belgrano se codicien más que las de Moreno, por la estirpe. Que las vacas nos descuarticen, se desesperen por masticar nuestros dorsales, que hagan milanesas con nuestras nalguitas y nos saquen a nuestros hijos porque son más tiernos. Que los toros nos corten los huevos, y nos torturen hasta desangrarnos,mientras las Ovejas se violan a los campesinos por el culo. Que las ballenas y los delfines nos pongan en un cuartito y nos aplaudan por saltar, durante toda nuestra vida y que los canarios desde afuera de las jaulas, nos silben para que cantemos. Que los perros nos corten las orejas, nos vacíen para que no cojamos Y después nos paseen con cadenas en el cuello. Que las víboras y los zorros nos arranquen la piel y la usen para boludeces. Que por cábala las víbo