otras poesías
BAILECITO
Saturnino es el tío de una cumpleañera de 15.
Tiene algunos pelos en los laterales del cráneo,
y tiene un bailecito,
que aplica desinhibidamente en el centro del salón.
Tiene una camisa roja desprendida a mitad del pecho
y un vasito de tinto servido en la mesa,
para cuando termine su gloria.
cerca de mi ventana cantó un pájaro
siendo las ocho y veinte de la mañana
y me despertó
antes,
un deseo hecho sueño;
me gustan los muslos de las mujeres...
y los del pollo
PASEO POR EL BARRIO
Un perro pisa caca de perro.
Va con otros dos perros más grandotes.
Pasa una persona en moto y se enojan.
Pasa un hombre feo en bici y no dicen nada.
Paran en un árbol.
Uno se rasca, el otro mea. (Ahora son dos)
Van disfrutando esos olores de la tarde,
mientras esquivan el cemento prefiriendo pisar tierra.
Comen lo que encuentran.
El más grandote, trepado al canasto de basura,
intenta bajar una bolsa.
Mueven el rabo con docilidad, inspirando a un famoso cantante.
Cuando cae, si es que tienen esa suerte, comparten el trofeo.
Los de adentro de la reja parecen envidiarlos,
pero ellos se ensucian como locos,
y ninguno se plantea si es tarde.
UN POQUITO, EN UN PEDACITO DE EXISTIR
Emilio atendía a un abuelo en Santa Clara
que tenía dolores lumbares y una gotera que empapaba el comedor
un día, después del masaje
se subió al techo y le arregló la teja
otro día cuando llegó a su propia casa
y sus hijos estaban peleando
los castigó en el centro del living
a cinco minutos de abrazo
OTRO ASADO
un poco de sal para la ensalada
un hueso para el perro de entre las piernas
un vaso de vino para el tío
VOLAR
Un pajarito que se llamaba Pitiwaldo vivía en una jaulita.
En la casa de Pablo Amburi había una jaulita con Pitiwaldo.
Con barrotecitos.
Una noche nos pusimos todos en pedo con daiquris
y pateábamos torpemente vasos apoyados en el suelo junto a la banqueta.
Algunos tomaban jugo tang del sobre y sin agua al compás de la música dance,
conectada al equipo aiwa 990 desde la computadora.
En un momento me doy vuelta y lo veo ahí.
En la jaulita.
Picando un alpiste.
Indiferente.
EL NAIPE
Imaginemos que estoy jugando al truco.
Entonces recibo dos cuatro y un diez de espada.
Lo lógico sería amargura, pero misteriosamente no pasa eso.
Porque siempre te tengo en mi cabeza
y esto me produce una sonrisa constante
una participación feliz en la vida.
Porque cuando hay amor, hay días más cálidos
hay pizzas más sabrosas
tíos más simpáticos.
Entonces me doy cuenta que el diez de espada tiene piernas tan bonitas como las tuyas.
Con abundante imaginación, intento asignarle todo tu cuerpo y tu carita a ese naipe.
Finalmente te tengo en mis manos y te guardo como el tesoro más valioso.
Mi actitud, crea en los otros jugadores, la sospecha de que tengo en mis manos la carta más importante.
Lo que es sencillamente cierto.
La felicidad se percibe y se transmite.
El naipe del amor triunfa ante cualquier oponente
y el comodín nunca te garantiza un triunfo.
BREVE HISTORIA DEL RATÓN
La suavidad de la sábana corrió por todo su cuerpo.
Como siempre.
Muchas almohadas y muchos años.
Su pelo ya era blanco y había perdido gran parte de su agilidad.
Pero el gran ratón argentino, otra vez estaba en actividad.
El niño dormía.
Y dormía como todos los niños que duermen.
Perez se detuvo unos segundos antes de realizar su trabajo,
cerró los ojos y respiró con fuerza.
Finalmente tomó el diente,
lo guardó en su riñonera
y salió de la casa,
vaya uno a saber por donde.
SIMPLEMENTE
engancho tres hojas con un clip
no sé si estoy enamorado
simplemente voy al almacén a comprar fiambre
y balanceo mucho la bolsa cuando camino hacia mi casa de vuelta
ahora te conocí
hacía mucho que no escribía tan seguido
y pasaron cincuenta días sin cortar el pasto
a veces voy en la bicicleta
miro
pienso
imagino
pedaleo
me detengo
busco la llave del candado en la mochila
y no la encuentro
EL MISTERIO DEL CAFE
ella pretendía un café fuerte.
me acerqué a la mesa de las infusiones
y descubrí que no había más que un frasco de café suave
mientras pensaba cuantas cucharadas ponerle comencé a dudar
si le agrego más cucharadas de café suave ¿se vuelve más fuerte?
y consulté con otros hombres que se servían té y mates:
y uno de ellos me contestó:
se vuelve mucho más que suave, es matemática
¿Entonces si le pongo poquito café suave queda fuerte?
Se quedaron callados
Luego uno de remera celeste sugirió que le lleve un té.
ESTACIONAMIENTO
Perder el auto en un estacionamiento, resulta un inconveniente habitual que puede ocurrirle a cualquier ser humano.
Por muchos años nos vimos limitados a ubicar el vehículo con técnicas milenarias, como la memorización de árboles cercanos, plantas, o la mismísima posición del sol, o la luna.
En la actualidad se han desarrollado distintas técnicas para aminorar el riesgo de que ocurra esta existencial dificultad. Por ejemplo en el control remoto de algunas alarmas, aparece un botón para que el auto haga una señal de luz o de sonido que permite ubicarlo con facilidad.
La numeración de sectores es bastante útil y precisa. Pero al estar sumergidos en una sociedad tan numérica, se hace difícil retener en la memoria estos números, por mucho tiempo.
Los especialistas en estacionología, no conformes con los resultados de la típica numeración, han implementado un método tan novedoso como original, que ha reducido de manera considerable los tiempos de búsqueda del auto en cuestión.
Es así que en los estacionamientos de pequeña o mediana superficie surgió el ordenamiento sectorial por animales de diversa índole.
De esta forma se crea un nuevo folclore del estacionamiento, naciendo así, frases como: “Tengo el auto en Ornitorrinco” o “en Tatú Carreta está todo completo”.
CUANDO HAY QUE ESTUDIAR PARA UN EXAMEN
Tengo una molestia en el aductor que me impide amarte como quisiera
y me queda solo un pañuelo descartable
ahora tengo que llenar mi cabeza de contenidos curriculares
pero no puedo dejar de escribir;
todos los perros sueñan con perras
me gusta pesarme en la farmacia
tengo la cabeza saturada
busquemos un lugar para comer mucho
EL SECRETO
Los caracoles caracolean caracoleadas.
Seguramente, caracoleadas típicas de caracol.
Los caracoles se jactan de las escaleras caracol con otros bichos,
pero nunca las suben.
Tienen vértigo.
A pesar de vivir en una concha espiral,
(me fije en winkipedia)
Y también tienen un secreto,
que sólo lo hablan con los demás caracoles.
Los caracoles piensan que todo anda bien.
Te lo juro. Son positivos.
VOLVAMOS
Volvamos a aplaudir en la puerta
a explotar cajitas de Cepita con el pie
no le creamos nada a Freud
volvamos a colgar la pelota en lo de la vecina,
porque tirar la pelota al lado es colgarla,
es el romántico canto del niño que pide desde el tapial,
el canto que todos los niños sabemos,
ese señora de "o" alargada y acompañado de 4 aplausos rítmicos
pero volvamos...
volvamos a aplaudir en la puerta aunque haiga timbre
hagamos hijos que aplaudan fuerte
que silben
que saluden a todos
que caminen mucho
o dejemos que se hagan solos
sin odio
seamos sin odio
riamos
seamos en paz
seamos libres
y dejemos ser
OLOR A AXE NATIVE
El olor a Axe Native me hace acordar al viaje de egresados de 7° grado.
Mucho olor a huevo.
Pendejos sudorosos metidos en una piecita pensando en ponerla.
Tratando de cometer la más grande de las hazañas:
meterse en la habitación de las minas sin que nos vean los coordinadores.
Unos zarpados...
Me acuerdo que mi viejo tuvo una actitud paternal irrepetible:
El día anterior a la salida,
me dio una cajita de forros para que me lleve.
Por las dudas.
Fue la primera vez que tuve una en mis manos,
era increíble,
y sentí que éramos la familia ejemplar.
Fue en ese viaje que debuté.
Transé por primera vez.
Los forros creo que los inflé con meo.
SEÑOR HIPOCAMPO
Soy un caballito de mar con un leve retraso madurativo no excluyente.
Estoy deprimido, porque en realidad me llamo hipocampo y queda medio bala.
Es un bajón ser hipocampo, tenés que ir nadando con cara de boludo todo el día, y yo me aburro.
Quiero tener una novia con quién nadar los domingos.
Una novia que me haga olvidar la hemorroide.
Tengo miedo de que me pesquen, no quiero que me coman.
No quiero fingir diversión,
tengo miedo,
le tengo miedo al calamar.
TEORÍA DEL MOCO
Tengo una teoría bastante atípica;
“El moco en la altura no dobla”
Por eso decidí quitarme uno sobre una montaña.
Para hacer más factible la extracción,
introduje el dedo índice que se encontraba mejor preparado.
Quité un moco de mi nariz y lo hice bolita,
pero no pude arrojarlo porque se pegaba en mis dedos.
De pronto,
escuche un sonido raro,
y una gran bola verde apareció delante mío.
Era Don Moco.
Me miró raudamente,
tomó el pequeño moquillo que se encontraba en mis dedos,
y le dio de mamar.
MERENDAR
Untar mantequilla…
si lo sabré yo.
Hagamos un buen tostado,
como si por una vez fuéramos felices.
Mi hermana tiene novio
es gordo y bigotudo.
Ahora tendré que pegarle,
me arrebató la manteca.
DE ESOS ADOLESCENTES FINALES
Remisero de madrugada,
que asiente con la cabeza sin decir palabra.
Con la ceniza inmortal en la punta del cigarro.
La manija de una de las puertas trabada hace un tiempo.
Las moneditas y los puchos al lado del volante
y un programa de radio que suena tranquilo.
Remisero que te arroja en tu casa
la noche más triste de tu vida.
La noche más triste de tu vida termina en un Renault 18 azul sin VTV
TRANSFORMACIÓN
Y entonces Adrián se dio cuenta.
Y le empezó a doler la panza muy fuerte.
Y vomitó canales de noticias, todos del mismo dueño.
Vomitó libros varios, liquids papers, navidades, guirnaldas,
8 de diciembres, zapatillas de las mas caras,
a dios con la barba recortada en forma de candadito.
Vomitó alcohol en gel, mucha cantidad, vomitó artículos de usos triviales,
adaptadores tres patas, llantas de aleación, clubes de fútbol.
Se arrodilló, hizo mucha fuerza y vomitó seres cocinados de cuatro patas o dos,
o parte de ellos, y esas bolsitas que te dan en el almacén.
Vomitó doscientos pesos, un perro de raza y con papeles, a Sarmiento de joven,
y tres celulares Nokia.
Vomitó recibos, comprobantes, y afines.
Y se quedó viendo unos nenitos que corrian desnudos con toda la boca abierta,
gritando, gritando y riendo mucho.
Y entonces Adrián pudo caminar con lo esencial,
livianito.
Y pudo pensar,
y quiso luchar.
METEGOL
Tres muchachos rotan parejito y reiterado, cual mortal hacia atrás.
Belleza de la sincronización.
Giro incesante y exhaustivo de la mano caliente que ignora reglas y añora goles,
falanges que golpetean endiabladamente la manivela,
almas reñidas y competitivas,
que fundan la esencia del molinete.
La ITSF (internacional table soccer federation) o federación internacional de metegol, define al molinete o giro de barras, como “la rotación de cualquier jugador más de 360º antes o después de haber golpeado la bola”.
Esta federación considera a dicha acción, así como también a la sacudida de mesa, faltas graves.
El gordo Jorge,
que fue un fanático del molinete y la sacudida
nunca leyó el reglamento.
UNA TARDE
Otro domingo en Palermo
una temperatura que me obligaba a no llevar remera
una panza que tentaba al vendedor de panes rellenos a ofrecerme su producto
una mano de mujer que me tomaba
cientos de mates y mantas rozando la hierba,
ruidos de besos sonando cerca de nosotros
mas tarde un recital gratuito
la mujer de la que ya les hablé,
rozando y moviendo la cola contra mi cuerpo
ante una canción popular
luego nos aburrimos y nos fuimos
nos abrazamos y nos separamos
porque nos dio calor
volví pateando una botellita
que en pocos minutos me abandonó bajo un automóvil
MUCHO MAS SILENCIO
veo gente de jamón y queso
me apuno cuando subo la escalera
hay jirafas y camellos cuando apago la luz
ahora estoy tirado dentro de mi armario
sin comer
te espero así
HUMANOS EN ELCAMINO
riego tu espalda con besos
en tus caderas podría dormir la siesta más interesante
vayamos en la bicicleta
hasta el parque
sólo para mirarnos