me gusta
Me gusta una poesía que nadie quiere escribir porque tiene la palabra ajenjo.
Me gusta una mujer que me crucé hace dos lunes en una esquina,
que iba con la bolsita del pan y la boca llena, producto de haberse tentado con una flautita.
Me gusta una ventana sin cortina, en una casa de ituzaingó y una nena jugando a través.
Me gusta un perro que ya me conoce y me sigue ladrando cuando paso, aunque ya me tutea.
Me gusta un nene corriendo en un campo sin autos.
Me gusta antes de tocar el botón, mirar el inodoro y desconfiar de que todo eso me haya salido de adentro.
Me gusta un hermoso día de lluvia y cielo color negro.
Me gusta un hermoso color negro en la piel de una persona.
Me gusta un tero caminando por Merlo Norte.
Me gustan los crayones jovi. Especialmente el verde oscuro.
Me gustan las abuelas de plaza de mayo.
Me gustan las plazas.
Me gusta mayo.
Me gustan las abuelas.
Las abuelas que tejen un pulóver para un nene que corre por el campo.
No las abuelas con silicona.
Me gusta comer ñoquis un 23 al mediodía.
Y caminar hasta el almacén a comprar queso y cruzarme a una mujer que me mira y me sonríe
mientras se come un pedazo de pan.
Comentarios
Me hizo reir y soñar con mujeres que comen pan de camino.
Aunque la escatología no sea uno de mis temas preferidos, su presencia en este poema es acertada.
Todo convive.
(los minilibritos me los sé de memoria, y vivo lejos como para poder conseguir chumbando)